Cubiertas inclinadas

La cubierta del edificio es el elemento más sensible y expuesto a los agentes externos

Rehabilitar una cubierta aporta importantes ventajas desde el punto de vista estético y operativo

No hay que olvidar que el  conjunto de piezas de acabado forman juntas de unión entre ellas por donde puede pasar el agua y teniendo en cuenta que cada vez es más habitual hacer habitable el espacio bajo cubierta, es conveniente colocar elementos impermeabilizantes y aislantes, entre el forjado y las teja, de tal forma que garantice la habitabilidad.

Un poco de historia

Las cubiertas inclinadas son empleadas por el hombre desde la prehistoria, utilizando los elementos básicos como ramas y listones para poder dar inclinación a la techumbre y evacuar la lluvia, la nieve, etc. de forma rápida, con el fin de evitar que el agua penetrase en sus hogares. Miles de años después, seguimos construyendo cubiertas inclinadas, empleando tanto los materiales tradicionales como otros nuevos materiales y las últimas tecnologías que se van incorporando.

Las cubiertas en pendiente tienen de particular que, cuando es necesaria la rehabilitación, suele ser por filtraciones o entradas de agua en el espacio subyacente.

Ventajas al rehabilitar una cubierta

Al rehabilitar una cubierta se pueden destacar las siguientes ventajas:

Se eliminan todas las infiltraciones y goteras que sufre el edificio, evitando que se sigan deteriorando otros elementos del inmueble.

Como es lógico se debe aprovechar la reforma de la cubierta para instalar aislamiento térmico, mejorando hasta un 35 % el ahorro de calefacción.

Dependiendo del aislante escogido se pueden reducir considerablemente la contaminación acústica. Añadiendo confort a las viviendas bajo cubierta.

La inversión realizada aporta un valor extra a la edificación.

Añadimos una mejora estética al inmueble, con distintos acabados como teja cerámica, zinc, pizarra, tegola, etc.